Leyendo a Taleb y viendo lo que ocurre a veces en nuestros pensamientos y opiniones «fisioterápicas», la existencia del desorden es totalmente necesaria para que ocurran diferentes fenómenos que favorezcan el avance de muchas cosas. La ausencia del desorden y la comodidad propia de todos nosotros (seres) es perjudicial para activar esta serie de fenómenos. Esto no se puede captar de forma intuitiva ya que a veces nos cuesta entender los matices necesarios dentro de la complejidad. Generalmente solemos reducir la información que interpretamos en nuestro yo como algo perjudicial o favorable, bueno o malo…
Cuando alguien define como «cerrado» a una persona quizás sea con la misma linealidad que si lo hace como «malo» o como «perjudicial». Realmente, esto no quiere decir que el que nombra «cerrado» sea más «abierto». Quizás esta persona «cerrada» esté incomodando ciertamente su anidada opinión «abierta» en su propio ego «cerrado». La evolución se alimenta del daño, de los estresores, el azar, la incertidumbre y el desorden y vivir en nuestro propio ego puede dificultar el fenómeno a no ser que vivamos en las altas montañas del Tibet y nos queramos acomodar. La ciencia no es la verdad pero al menos nos ayuda a replantearnos constantemente qué respuestas son posiblemente equivocadas a nuestras preguntas. Me duele la cabeza por todo esto pero preferiría estar muerto si no.
Cuanto más ruido y más diversidad de opiniones hayan en fisioterapia, más importancia tendrá que surjan fisioterapeutas con espíritu crítico «cerrado» para que vayan influyendo con sus ideas (con ciertos matices difíciles de comprender) a las nuevas generaciones. La falta de identidad perceptible requiere que dentro de la profesión se creen mejores profesionales para no sucumbir a la propia profesión y caer en el pensamiento «abierto». Estoy convencido de que dentro de la profesión sobrevivirán a ella misma los que la propia evolución y el tiempo crea que son mejores. La adaptación de un fisioterapeuta a dicha situación en un contexto social, cultural y económico en permanente cambio tendrá su principal clave en su evolución. Intentar educar a nuestros pacientes al mismo tiempo que escuchamos y aprendemos de ellos. Leer fisioterapia, leer fisioterapia, ¿qué has dicho?…leer fisioterapia.
Recordar solamente que la evolución no es exclusiva de una mente «cerrada» sino que ésta es necesaria y está al servicio de su profesión y de sus pacientes. Lo demás, persistencia y trabajo además de pensar y soñar con mucha pasión.
Jesús Rubio
Fisioterapeuta cerrado
PD: Dentro de un par de años volveré a leer esta entrada y a replantearme cosas
14 abril, 2016 at 10:41 pm
El uso de la palabra «cerrada» me confunde. Quizás no sea el término más adecuado para describir lo que intentas representar.
Cierto que podemos recuperar acepciones antiguas y pervertir un poco el sentido de «cerrada» para sustituirlo por beligerante pero quizas sea algo agresivo.
Vaya lío, ¿no?
Ciertamente eso es lo que ocurre, la fisioterapia está liada, enmarañada en sí misma y enredada en zarzas ajenas. No va a ser fácil salir de esta.
Lo bueno de la ciencia es que nos sirve de herramienta y no es un dogma. Preguntarse el porqué de algo y dudar hasta hallar una respuesta o la ausencia de respuesta (lo que lleva a mejorar los métodos de búsqueda) ha sido siempre algo que hemos hecho de pequeños, ¿por qué parar ahora? ¿Por qué conformarse?
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14 abril, 2016 at 10:43 pm
…
Creo que voy a empezar a leerme «Colapso», de Jared Diamond, para ir mentalizándome por si acaso.
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