La entrada de hoy tiene una visión muy especial, una visión de alguien al que admiro mucho y que ya algunos habréis comprobado en Twitter que no necesita presentación (@Gaditamericano). Un grandísimo maestro apasionado por la Fisioterapia que, pese a la lejanía de sus quehaceres durante décadas, muestra una gran presencia, compromiso y preocupación por el desarrollo de su profesión en su querido país natal. Quizás haya gente que se pueda ofender leyendo los siguientes párrafos pero, a estas alturas de la corrida, me la trae floja. ¿Por qué? Porque no tengo ningún tipo de conflicto de intereses en decir que me encantaría que muchos fisioterapeutas se formaran en fisioterapia, sin más. Que se puedan llegar a establecer algún día unos límites competenciales que favorezcan nuestra identidad como colectivo tal y como se viene desarrollando en Fisioterapia Sin Red. Sin mayores preámbulos os dejo con una lectura que, la verdad sea dicha, me ha dejado bien satisfecho…

Por José A. Polo Traverso, PT, DPT, FAAOMPT, CFCE, BRS, CCCE

No soy bloguero de la misma forma que no era twittero hasta hace menos de una semana; vaya un abrazo por delante a los que leen estas líneas y a los 85 fisioterapeutas que, para mi sorpresa y deleite, siguen en Twitter lo que quiero transmitir en esta brillante mañana de viernes del Estado de New York. Me impresionan las maravillas técnicas del siglo XXI aunque a menudo las entiendo parcialmente; no es de extrañar que mi hijos adolescentes me llamen oldman cuando se me atasca el internet. La madre que los parió, no saben lo que los quiero.

La oportunidad de participar en este blog se la debo a su creador Jesús Rubio, fisioterapeuta al que tuve la fortuna de conocer el año pasado en Valencia, un tipo despierto a más no poder y con el que pretendo hacer muchas cosas; como le dijo Rick Blaine al capitán Renault en la última escena de Casablanca, I think this is the beginning of a beautiful friendship. Gracias Jesús, tu entusiasmo me recarga las pilas. Asimismo, debo dar crédito al Ilustre Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana por haber servido al público una revista que no tiene desperdicio se mire por donde se mire; Fisioterapia al Día de Julio 2015 nos ha dado a todos mucho que pensar y dará aún más que hablar. Agradezco al Colegio y a su buena gente la soltura que exhiben independientemente de que en la sección Visión Periférica me gaste pocos melindres llamando a las cosas por lo que me parecen ser. Nunca jamás me han censurado ni me han puesto cortapisas al libre pensamiento; tal vez por ello este número tiene tanta tela que cortar porque, de haberles pisado los callos habrían tirado mi artículo por el retrete. Gracias Rosa, tironcete de rigor querido Yiyo.

Vamos por partes porque hay mucha tela que cortar. Admito libremente que tras la lectura de la entrevista a Ginés Almazán me quedé sin Jack Daniels en el botiquín y que luego, cuando Elena Martinez Loza propuso desde su artículo movilizar úteros con técnicas osteopáticas para solucionar la infertilidad le eché mano al Jim Beam como alternativa a tirar el lap top por la ventana; también me pregunto cómo soluciona Marta Bono Mira el solapamiento de los huesos craneales en un recién nacido pero ni su artículo ni su página web dan pistas al respecto. Todavía me duelen las retinas después del castigo pero no lo suficiente para no ver la realidad que asoma entre líneas. Las píldoras de Ginés Almazán en su entrevista son duras de tragar, indefendibles cuando las leo más de dos veces. Lamento que Fisioterapia al Día no se publique en inglés porque daría al susodicho la oportunidad de explicar a Jenny McConnell que lo suyo es tan solo un método de autor, o largarle a Stefan Schiller que él se dedica tan solo a proponer técnicas para resolver síntomas; si saliese con éxito de esa empresa podría tratar de vender esa moto a Shirley Sahrmann, Paul Hodges, Michael Fink o Josh Cleland por poner ejemplos de gente a la que considero por encima de técnicas puntuales o métodos de autor. Felizmente el que suscribe es tan español como Almazán y no necesita de traductores de forma y desde aquí le invito a que me explique cómo soy incapaz de identificar que un problema de hombro obedece a un problema hepático porque ese terreno, que a las claras parte del diagnóstico diferencial, es exclusivo de la osteopatía. Agárrate que vienen curvas Manolito. La evidente falta de humildad profesional en esa afirmación no hace más que abonar el terreno donde crece su némesis; ¿de verdad pretende este señor que, por no ser osteópata, estoy limitado a pensar que una parestesia en el pulgar tan solo puede deberse a una lesión en el pulgar, o que soy incapaz de diferenciar el dolor torácico de unpneumomediastino de una lesión costo-vertebral porque no le rezo misas a Andrew Still? Afirmaciones e inferencias de este tipo son posibles en España pero indefendibles en Estados Unidos, Australia o Nueva Zelanda; Spain is, definitely, different. Basta ya, es hora de defender la Fisioterapia de los que pretender hacer retales con ella.

Aun así no me duelen prendas al aplaudir la trayectoria profesional de Ginés Almazán o la labor formativa de las escuelas de Osteopatía y otras instituciones tan serias como estas porque alguien tiene que cubrir las evidentes deficiencias formativas de los nuevos egresados; gente joven que sale de la Facultad con un título de Fisioterapia bajo el brazo, muchas ilusiones y hambre de conocimiento para dar y tomar. Es sin embargo muy desafortunado que los osteópatas, Almazán y otros que campan a sus anchas en la piel del toro, arrimen el ascua a su sardina y pretendan extraer competencias a la Fisioterapia y asignarlas exclusivamente a la osteopatía. Santiago y Cierra España, que diría el Guerrero del Antifaz, por ahí no paso ni harto de vino peleón. Como decimos en mi Cádiz natal el que no tiene otra cosa con su mujer se acuesta – o con su marido, dependiendo quien lo deje caer – y por ello es absolutamente comprensible que los fisioterapeutas con ambiciones profesionales y sobrados de talento buscasen formación académica allá donde la ofreciesen al salir de la Facultad. De esa forma las Escuelas de Osteopatía han florecido en España como margaritas en un campo de cardos borriqueros; sin embargo adueñarse de la Terapia Manual y del proceso de diagnóstico diferencial de una tacada va mucho más allá del deseo de fortalecer la Fisioterapia; se mete de lleno en el de la política institucional y de los intereses comerciales, actitudes indefendibles en otros países.

Lo afirmo en el mismo número de Fisioterapia al Día y lo repito en este blog: ni las movilizaciones articulares ni las técnicas de terapia manual pertenecen a osteópatas, quiroprácticos o fisioterapeutas; las bases clínicas que gobiernan los motivos por los que un terapeuta ejecuta una movilización articular o decide no ejecutarla, las que indican que ejercicio terapéutico debe ser prescrito o las que recomiendan la derivación urgente de un paciente a un facultativo son las que caen directamente bajo el manto de la Fisioterapia y son las que, a mi juicio, debemos elevar a la palestra y discutirlas seriamente en instituciones académicas, asociaciones y colegios profesionales. Agradezco el esfuerzo formativo post-grado cuando es serio pero no podemos quedarnos ahí: no es de recibo que la formación universitaria en las facultades de Fisioterapia españolas sea lo que es y que la parroquia no diga esta boca es mía. Basta ya, es hora de actuar y decir las cosas a viva voz, de iniciar una conversación seria a nivel nacional de la que nos beneficiemos todos: pacientes, fisioterapeutas e instituciones que apuestan por rigor científico y excelencia formativa. No es de extrañar que las escuelas de osteopatía en España hayan hecho su agosto durante todos estos años: en el país de los ciegos el tuerto es el Rey. Basta ya, es hora de abrir los ojos y llevar la profesión a buen puerto antes de que no tengamos una profesión a la que llamar Fisioterapia.

Próxima entrega: Verdades como puños.

Polo Traverso

José Antonio Polo Traverso, PT, DPT, FAAOMPT, CFCE, BRS, CCCE

Fisioterapeuta, Graduado de la Escuela Universitaria de Fisioterapia de Valencia en 1988

Doctor en Fisioterapia por Upstate Medical University en Syracuse, New York

Fellow de la Academia Americana de Terapia Manual Ortopédica (AAOMPT)

Especialista Clínico en Ortopedia y Traumatología por la American Physical Therapy Association (APTA) desde 2003 al 2013

Especialista en evaluaciones de Capacidad Funcional en el peritaje de incapacidad funcional y lesiones.

Especialista en Rehabilitación Vestibular por The American Institute of Balance en Largo, Florida.

Coordinador de Educación Clínica en Fisioterapia en Robert Packer Hospital en Sayre, Pennsylvania.

Docente en el Master Universitario en Fisioterapia de los Procesos de Envejecimiento: Estrategias Sociosanitarias de la Facultad de Fisioterapia de Valencia.

Docente en el Master de Terapia Manual Osteopatica de la Universidad Cardenal Herrera en su sede de Moncada, Valencia en 2010 y 2011.

Miembro del Ilustre Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana y colaborador en su revista Fisioterapia al Dia en la sección Visión Periférica.

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