Los orígenes de la terapia manual contemporánea se remontan a mediados del siglo XX gracias a Freddy Kaltenborn. Sus aportaciones tuvieron una significativa influencia en otros personajes como Maitland, McKenzie, Mulligan, Cyriax, Sohier, etc. Gracias a su madurez en otros lugares de nuestro estimado planeta (Australia, Nueva Zelanda, USA), la Fisioterapia actual se contempla y ejerce desde un punto de vista reflexivo y con una elevada responsabilidad al mismo tiempo que se intenta consensuar una terminología adecuada (y unificada con unos criterios comunes) para evitar la utilización de distintos lenguajes. Este lenguaje común permite el manejo de las mismas realidades clínicas (atendiendo a la complejidad de dicha realidad) y facilitar la búsqueda de pruebas científicas para basar nuestros tratamientos en coherencia con la evolución del conocimiento.

Sin olvidar que la Fisioterapia es una profesión joven respecto a otras como la Medicina, todo fisioterapeuta debería ser consciente de la importancia que tiene el participar en la evolución de su profesión aportando conocimientos basados en pruebas (investigación) y su experiencia clínica. Claro está que todavía queda mucho por investigar, que se utilizan empíricamente técnicas o procedimientos que no se han estudiado todavía desde un punto de vista científico (ya sea por su dificultad o por la falta de medios). Tenemos el problema del «a mí me funciona y por eso lo aplico en mis pacientes» cuya aportación al resto del colectivo es prácticamente nula, aunque sea respetable desde un punto de vista para el bien del paciente siempre que se utilice ese lenguaje común y dentro de una coherencia. Deberíamos ser conscientes de que, aunque a nivel individual nos podamos plantear nuestras propias teorías, pertenecemos a un colectivo profesional en vías de evolución cuya identidad (sobretodo en nuestro país) carece de robustez de cara a la sociedad. Ese lenguaje común debería ser la vía para afianzar esa identidad de colectivo y, así, poder hacerla llegar de un mejor modo a nuestros pacientes.

El problema actual que tenemos en Fisioterapia en España en relación a esa falta de identidad como colectivo sanitario viene dada gracias a sus «padres» (traumatólogos) allá por el año 1981 (más de 30 años de diferencia respecto a otros países). Este retraso de implantación de la Fisioterapia en nuestro país, condicionado posiblemente por los duros años tras la guerra Civil, añadido a que desde un primer momento no se tuvo en consideración la evolución de esta profesión en otros países, ha ocasionado el extrusismo (ver esta entrada de Luis Torija) y la falta de criterios comunes a la hora de considerar qué es Fisioterapia y qué no es Fisioterapia. Por este motivo existen infinidad de «terapias sin fundamento» que se intentan considerar pertenecientes a nuestra profesión (porque si no los intrusos se las quedan…). Aquí viene el gran problema que tenemos hoy. Poco a poco, debido a esa falta de identidad como colectivo, muchos fisioterapeutas han ido perjudicando poco a poco a esa «Fisioterapia basada en pruebas» desarrollada en otros países. Y es que parece que cada uno hace lo que le dá la real gana en este país, todo vale, cualquier cosa es Fisioterapia desde un prisma con intereses económicos que se aprovechan inconscientemente de la ignorancia social hacia nuestra profesión. Muchos fisioterapeutas han primado sus intereses individuales (económicos) a los intereses de su colectivo. Muchos fisioterapeutas van promulgando teorías a sus pacientes sin tener en consideración ese lenguaje común propio de su profesión. Tengo claro que con esta gente tenemos la batalla perdida desde un inicio y esta entrada no va dirigida a ellos sino a los estudiantes que comienzan el Grado o a los nuevos egresados. Lo malo es que en la misma Universidad hay mucho profesorado que «se ha dejado llevar» por creencias basadas en marcos teóricos que intentan fundamentar diferentes formaciones sin ningún fundamento científico. «A mí me funciona», «esto va muy bien», «para esto hace falta practicar mucho» son expresiones típicas de este tipo de docente, donde sus preferencias o creencias predominan inconscientemente ante la realidad clínica conducida por posibles efectos como el placebo (incluyendo las expectativas y el contexto), la regresión a la media o la evolución natural.

Todo esto viene a que, curioseando por Internet, ví el siguiente vídeo donde sale un no sé cómo definirlo (creo que dice que es fisioterapeuta) el cual empieza a «predicar» una serie de aberraciones en búsqueda de captar seguidores, tanto fisioterapeutas como pacientes. Pido al lector que atienda un poco a las explicaciones…dan miedo.

Esto es un claro ejemplo de extrusismo profesional. Esta gente basa sus explicaciones en «su experiencia», sin atender al pensamiento crítico de su colectivo y en búsqueda de captar seguidores. Se han hecho «esclavos» de su éxito en Internet (tienen algunos vídeos interesantes…pero los que menos) y no se plantean ningún tipo de crítica o perjuicio a su colectivo (si es que ellos lo consideran como tal). Sus teorías periferalistas («los músculos se contracturan por las emociones, bloquean las vértebras y comprimen, aplastan y estrujan la arteria vertebral») están totalmente desfasadas y además generan confusión entre el término mareo cervicogénico y el vértigo (ver esta entrada). El mareo es mareo y el vértigo es otra cosa totalmente diferente (¿veis?, no se basan en la evidencia científica actual). Lo peor de todo es cuando predican que lo «fundamental» en el mareo es el tratar la vesícula, ¿acaso toda litiasis biliar produce mareo o dolor de cuello?. Respecto a que las emociones afectan a la vesícula y provocan el mareo, nada más fuera de tener en cuenta el contexto psicosocial de cada paciente. Esto es inaceptable, no existe ningún fundamento que muestre tal relación en Fisioterapia. ¡La Medicina Oriental no es Fisioterapia!, es Medicina Oriental. No se pueden basar intervenciones en Fisioterapia desde ese marco que, encima, no tiene cabida en nuestro contexto sociocultural (no sabemos nada de los chinos). Esto es extrusismo señores, como una casa de grande. Plantas medicinales, una buena dieta…por favor, ¿somos curanderos?, ¿somos acaso nutricionistas?.

Creo que esta infoxicación, esta información de baja calidad, daña considerablemente a nuestro colectivo. ¿Por qué?, porque hay muchos pacientes (y fisioterapeutas) a los que no les gusta leer, sin conocimientos de anatomía o fisiología, sin pensamiento crítico…muchos pacientes y, por desgracia, profesionales, en los que este tipo de información puede calar como la lluvia en tu cabeza cuando no llevas paraguas. Además, asociar cualquier problema musculo-esquelético a un origen visceral no tiene ni pies ni cabeza. Así bien, la contribución de las aferencias viscerales en los procesos de facilitación y sensibilización está bien documentada. Podéis leer lo aportado por nuestro compañero Gerard Álvarez en su blog (aquí y aquí).

En conclusión, creo que va siendo hora de divulgar Fisioterapia de calidad como se merece porque cualquier día me veo otro vídeo donde se diga que el reiki o las flores de bach son «fundamentales» para tratar el dolor de cabeza o, aún mejor, que tratar las emociones puede prevenir el cáncer…si esto ocurre, realmente si que será un cáncer para nuestra profesión.

PD1: Recuerdo que esta entrada no va dirigida a toda aquella persona que crea ciegamente en las terapias alteranativas. Lo respeto aunque no lo parezca pero, por favor, que dejen de provocar cáncer a los demás sin planteárselo seriamente y, sobretodo, que no lo hagan haciéndose llamar fisioterapeutas.

PD2: Reconozco el gran trabajo de esta gente en la realización de los vídeos y les doy mi enhorabuena por su éxito. Del mismo modo, es una gran pena el tener que observar un éxito con tan poca calidad y criterio.

PD3: Hay una parte del vídeo donde se observa una cierta intención de recomendar un fisioterapeuta a los pacientes pero, como no, ofreciendo nuestra imagen como la de aplicadores de técnicas (masaje, manipulaciones, estiramientos….) sin tener en cuenta todo el proceso de evaluación que debería ser «fundamental» en este tipo de trastornos.

PD4: Considerar también lo aportado durante años por fisioterapeutas con espíritu crítico que han ido fomentando y divulgado fisioterapia de calidad. Me considero afortunado por haberles conocido y poder abrir mi amistad con ellos.

Jesús Rubio OchoaJesús Rubio Ochoa Fisioterapeuta. Master de Fisioterapia en los procesos de envejecimiento. Especializándome en fisioterapia clínica y terapia manual contemporánea. Miembro de la Asociación Fisioterapia Sin Red y la Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor.

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