El aprendizaje es el proceso por el cual se adquieren habilidades, conocimientos, conductas o valores como resultado del estudio, la experiencia, el RAZONAMIENTO y la OBSERVACIÓN. El aprendizaje humano está relacionado con la educación y el desarrollo personal, debe estar orientado adecuadamente y es favorecido cuando el individuo (que quiere aprender) está MOTIVADO. Por tanto, estudiar no es suficiente para aprender, también hace falta razonar, observar, contrastar conocimientos y tener la suficiente motivación como para encima estar dispuesto a pensar. Quizás por esto, un estudiante debería plantearse varias cosas antes de comenzar con una carrera de fondo como la Fisioterapia. Todo depende del ciclo vital de cada uno, por supuesto (no es lo mismo pensar en salir a emborracharse todos los jueves que pensar en aprovechar el poco tiempo que te deja el trabajo o la familia para estudiar), pero hacerse estas preguntas al inicio pueden ayudar a no derrumbarse por el camino…¿realmente estoy motivado para estudiar esta carrera?, ¿cómo me gustaría integrar lo aprendido en base a mis pensamientos?, ¿será necesario que mis nuevos conocimientos perduren en el tiempo?, ¿para qué?, ¿qué puedo hacer para que lo que verdaderamente me interese perdure en el tiempo?, ¿qué conocimientos serán los fundamentales para mi desarrollo profesional posterior?

El aprendizaje es un sub-producto del pensamiento… Aprendemos pensando, y la calidad del resultado de aprendizaje está determinada por la calidad de nuestros pensamientos (Schmeck, 1988)

El papel del docente es fundamental para MOTIVAR al alumno pero, aun así, los mejores profesores que tuve durante mi carrera no consiguieron llegar a conseguirlo con todo el personal y los peores (por desgracia, unos cuantos)…con leer la diapositiva en 20 minutos ya tenían bastante para hacer totalmente lo contrario y sin pensar en qué piensan sus alumnos. Hay cosas que no dependen del docente porque el verdadero profesor es el alumno. El alumno es que el debe tener claros sus pensamientos para no dejarse desmotivar por nada ni nadie en su camino por conseguir sus objetivos. El alumno es quien debe querer aprender desde lo mas profundo de su corazón. Esto es la vocación de algo y para algo. En mi caso, fisioterapia para servir a mis pacientes.

Lo de mi profesor de anatomía del aparato locomotor fue de risa desde un primer momento. Su presentación de la signatura fue esta, «estoy acostumbrado a dar clase a los de medicina, vosotros con que sepáis lo básico suficiente», en ese mismo momento mi motivación se vino más arriba todavía al pensar «pues no flipas». Más adelante nos fue dejando perlas como «con que sepáis origen e inserción ya vale», «la anatomía es lo que es y no hay más» o, después de leer la diapositiva en 10 minutos a toda velocidad…»ale, a estudiar para el examen» (algunos incluían la coletilla «cabrones»…¡qué grande!). Un verdadero crack de la comunicación. Con todo esto, mi motivación hacia la asignatura me hacía desatender tales despropósitos para centrarme en mis pensamientos. Aquello que para el profesor parecía ser un castigo, para mi se iba a convertir en un juego. Este juego me debería servir para estudiar, integrar conocimientos de una forma natural a mi persona y razonar mis pensamientos. Pero, teniendo en cuenta la importancia de la anatomía para un fisioterapeuta, debía emplear algún tipo de estrategia para integrar en profundidad los conocimientos que perduraran en el tiempo.

Mi querido pepito y yo

El que esté enamorado o lo haya estado en algún momento de su vida (por aquello que hablabamos de la motivación) podrá recordar con claridad cuándo, cómo y dónde conoció o besó por primera vez a su querid@ amad@. Pero, a no ser que el alcohol haya intervenido sustancialmente en la génesis de un determinado suceso, el primer beso a la persona amada se recuerda con todos sus matices como si se estuviera produciendo ahora mismo (incluso para los más sensibles, se puede recordar el perfume que llevaba su amad@ en ese mismo instante, el ritmo de pulsaciones de su corazón u otras cosas…o cositas que no proceden). ¿Qué hace falta para poder recordar claramente ese momento tan «divertido»?, motivación.

Pues mi amor hacia la anatomía humana se tradujo en un nombre: Pepito, mi esqueleto de estudio. Pepito se convirtió en mi compañero de fatigas, el juego central donde iba a desarrollar mi aprendizaje junto al gran atlas de anatomía Prometheus, mis prácticas de disección (durante los tres años posteriores), los dvd´s de mi querido Señor Ackland con sus espectaculares disecciones en 3D o los curiosos juegos de cartas para los cafés diseñados por mi compañero Salvador Santacruz.

prometheus-anatomia-libro-pdf-12279-MLA20056533309_032014-F

Evidentemente, además de todo este material educativo (por el módico precio de unos cuantos euros) una de las principales herramientas que iba a necesitar para estudiar anatomía era mi propia MEMORIA. Entonces, como buen occidental, decidí empezar primero por el desarrollo de mi memoria visual por medio de los apuntes (complementados por el Prometheus…que al final se convirtieron en el propio Prometheus al completo) y de los dvd´s de Akcland. Como buen músico que quiere aprender, a base de repetición y repetición conseguí integrar un lenguaje para poder comunicarme con Pepito, siempre impasible e inmóvil (hasta entonces de adorno decorativo en la habitación). Aquí comencé con una nueva dinámica de aprendizaje, mi relación con Pepito.

La metodología de aprendizaje con Pepito se basó en los siguientes puntos:

  • Estudiar la anatomía de forma subclasificada por sistema neuromuscular y/o por regiones
  • Anotar en una ficha (por sistema neuromuscular) cada músculo enumerándolo e indicando su origen, inserción, función en cadena cinética abierta y cerrada, su función según punto fijo y toda su inervación (incluyendo su nervio periférico, raíz principal y secundarias)
  • Marcar de forma topográfica a Pepito mediante números en rojo (origen) y azul (inserción) cada músculo de la ficha. Por ejemplo, marcar con un 1 la espina ilíaca antero-inferior de Pepito y con un 1 la zona del tendón cuadricipital para señalar sobre Pepito las inserciones del músculo recto anterior del cuádriceps.
  • Elaborar tarjetas autocuestionario que puedan hacernos pensar en inserciones óseas, acciones musculares, músculos inervados por una raíz espinal, nervio periférico responsable de un determinado grupo muscular, músculos inervados por un nervio, disfunciones musculares asociadas a la lesión de una raíz, zonas inervadas por un nervio sensitivo, músculos responsables de un movimiento concreto, nervios motores, mixtos o sensitivos, etc…El proceso es muy sencillo, ya que lo único que tenemos que hacer es realizar una buena cantidad de tarjetas que podemos sacar directamente de cualquier folio y en una de sus caras introduciremos un término que tengamos que aprender y pudiendo consultar en la ficha la definición, la localización, la función o cualquier información que sea necesaria.
  • Utilizar la misma metodología sobre cadáver para no quedarse con el «con que sepáis origen e inserción es suficiente» mientras te quedas mirando impasible a un buen montón de carne mal oliente.

Creedme que aunque parezca mucho trabajo, este método de aprendizaje me resultó muy divertido. Tanto que si no jugaba con Pepito todos los días lo echaba de menos. A día de hoy todavía recuerdo la mayoría de anotaciones que hice en su momento cuando veo a Pepito en 3D con sus marcas rojas y azules casi del mismo modo a cuando besé por primera vez a mi mujer (eso sí, sin perfume alguno)… Por otro lado, la disección anatómica me fascinó durante un tiempo hasta darme cuenta de que la anatomía me tenía que servir para algo, para entender el movimiento del ser humano. Por eso, la siguiente inquietud natural fue el estudio de la anatomía topográfica y palpatoria desde una perspectiva enfocada en el movimiento. En este momento debía cambiar el concepto de la anatomía aprendida e integrada con Pepito para pensar desde otro punto de vista. Sin ir más lejos, el cerebro humano no piensa en anatomía sino en movimiento.

DSC_0001¡Saludos a todos!

Jesús Rubio OchoaJesús Rubio Ochoa Fisioterapeuta. Master de Fisioterapia en los procesos de envejecimiento. Especializándome en fisioterapia clínica y terapia manual contemporánea. Miembro de la Asociación Fisioterapia Sin Red y la Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor.